EL AUGE DE LAS SUITES CON PISCINA PRIVADA: POR QUÉ LOS VIAJEROS DE LUJO ELIGEN ESTANCIAS AISLADAS
- Revista Turismo
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*Cala de Mar Resort & Spa Ixtapa lidera la tendencia con casitas junto al acantilado y piscinas infinitas privadas con vista al Pacífico.
A medida que cambian las prioridades de viaje, también lo hace la definición de lujo.
En estos días, la privacidad ya no es solo una ventaja; Es el evento principal.
Ya sea una luna de miel, una escapada de bienestar o una desintoxicación digital, el viajero de alto nivel de hoy busca algo más íntimo, más reparador y mucho más exclusivo.
Ingrese a Cala de Mar Resort & Spa Ixtapa, una estrella en ascenso a lo largo de la costa del Pacífico mexicano, donde cada suite cuenta con su propia piscina privada y vistas panorámicas al océano.
El complejo es parte de una tendencia global que está remodelando los viajes de lujo: el auge de las suites con piscina privada.
Las piscinas privadas ya no se limitan a unas pocas villas ultra lujosas en las Maldivas o Bali, sino que se están convirtiendo rápidamente en una característica imprescindible para los resorts de todo el mundo, y Cala de Mar está a la vanguardia en México.
Casitas junto al acantilado con vista y piscina
Escondido en los acantilados de las montañas de la Sierra Madre y con vista al Océano Pacífico, Cala de Mar es un resort boutique con solo 59 suites, cada una diseñada para el aislamiento.
Piense: no hay paredes compartidas, no hay balcones superiores y no hay vecinos que miren. Solo eres tú, el sonido de las olas rompiendo y tu propia piscina infinita.
No se trata solo de estética, aunque las vistas son difíciles de superar.
Se trata de la experiencia del espacio.
Cada casita está tallada en la ladera de una manera que le da a cada huésped la sensación de tener su santuario privado.
Los tamaños van desde unos generosos 580 pies cuadrados hasta más de 1,500 pies cuadrados en las suites familiares contiguas al mar, con terrazas de gran tamaño, tumbonas y comedores al aire libre.
Si a esto le añadimos un asistente personal dedicado, un check-in anticipado y un check-out tardío garantizados, es fácil entender por qué tantos huéspedes acaban alargando su estancia.
Diseñado para el romance, la relajación y la reconexión
En Cala de Mar, las suites son la base de toda la experiencia del huésped.
Cada una está vestida en tonos neutros suaves con una decoración local hecha a mano que hace un guiño a la herencia de Ixtapa.
Y aunque todas las suites ofrecen las mismas vistas espectaculares y privacidad, hay variaciones sutiles que se adaptan a diferentes tipos de viajeros.
Las suites frente al mar junto al acantilado (580-750 pies cuadrados) son ideales para parejas o personas que viajan solas, con un diseño ventoso y una piscina de inmersión ubicada justo en el borde del Pacífico.
Las suites Romance Deluxe frente al mar (730-895 pies cuadrados) ofrecen un poco más de espacio, perfecto para lunas de miel o escapadas de aniversario, con terrazas más grandes y acogedoras áreas de descanso.
Las suites familiares contiguas frente al mar (1,350 a 1,550 pies cuadrados) cuentan con dos habitaciones contiguas, cada una con su piscina privada, para que las familias puedan mantenerse conectadas sin renunciar al espacio personal.
La suite principal Penthouse (980-1,250 pies cuadrados) se encuentra en el punto más alto del complejo y ofrece vistas panorámicas, un salón de hamacas, un área de comedor al aire libre y una piscina infinita extra grande.
En el interior, espere todas las comodidades modernas: camas king-size, TV LCD vía satélite, aire acondicionado, ventiladores de techo y minibar con bebidas de cortesía.
Pero es el sonido de las olas y la absoluta apertura a la naturaleza lo que más recuerdan los huéspedes.

No solo una habitación. Toda una experiencia
A pesar de que las suites son razón suficiente para quedarse, Cala de Mar ofrece mucho más.
El spa El Capricho del hotel invita a los huéspedes a un mundo de bienestar con rituales y tratamientos inspirados en las tradiciones curativas locales.
Las sesiones matutinas de yoga se llevan a cabo en una plataforma en lo alto de un acantilado.
Cuando llegue el momento de cenar, los huéspedes pueden elegir entre varios lugares en la propiedad.
Hay un elegante restaurante de mariscos tallado en la roca con vistas panorámicas, un bar de cócteles que se convierte en un asiento de primera fila para la puesta de sol y opciones para cenas privadas en su terraza.
Es este tipo de enfoque flexible y centrado en el huésped lo que hace que Cala de Mar sea más un refugio que un resort.
Por qué las suites con piscina privada son el futuro de los viajes
La creciente popularidad de las suites con piscina privada no es una coincidencia.
Ofrecen el equilibrio perfecto entre indulgencia e intencionalidad, que es algo cada vez más importante para los viajeros pospandémicos que valoran el bienestar, la soledad y las experiencias significativas.
Los huéspedes ya no se contentan con visitar simplemente un destino. Quieren sentirse inmersos en ella.
Cala de Mar cumple todos los requisitos.
Desde el momento en que los huéspedes llegan, se rinden a salir del ajetreo.
Sin aglomeraciones, sin itinerarios apresurados.
Y en un mundo donde la verdadera desconexión es difícil de encontrar, eso es lo que distingue a Cala de Mar.
