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LA BUENA BARRA REINVENTA LA TRADICIÓN CANTINERA CON SUS CLÁSICOS



  • Esta cantina contemporánea cuenta con un vino que Casa Madero ha elaborado especialmente para ellos.


En México las cantinas tienen una esencia única: son origen y refugio de experiencias e historias únicas.


Su atmósfera se viste con el tintineo de los vasos y los alimentos en las mesas se maridan con charlas animadas entre amigos, parejas y familias.


De entre todas las cantinas que existen en nuestro país, hay una en particular que los comensales han descrito como la que posee el mejor ambiente de nuestro país: La Buena Barra.


Ya sea en la calidez del interior o al aire libre en la terraza, este sitio ofrece el espacio ideal para disfrutar de grandes platillos que con el tiempo se han vuelto clásicos.


Taco de Jaiba. Dicen que cualquier alimento cabe en una tortilla y este festín de sabores marinos es prueba de ello.


La jaiba, que posee un color rojizo dorado, descansa en una cama de perejil y una tortilla de maíz recién hecha.


El complemento perfecto son sólo unas gotas de limón y, por supuesto, una salsa.


Rib eye en bloque de sal. El sabor de este corte de carne reposa en un bloque de sal que realza sus jugos naturales y lo convierte en una experiencia única no sólo para el paladar, sino para la vista.


Sopecito de escamoles con tuétano. Los crujientes escamoles se sirven sobre un sope de maíz recién hecho.


El toque final es el tuétano asado, que llega a la mesa todavía en el hueso para mantener su sabor y calidez.


Pulpo al carbón. Se cocina a las brasas con mayonesa casera de paprika y tortillas de maíz calientes; se sirve sobre una piedra que ayuda a conservar el calor de la carne y se acompaña con frijoles refritos.


Cada una de estas propuestas encuentra su complemento perfecto en el vino especial de La Buena Barra elaborado por Casa Madero, una bodega que se ha dedicado al arte vinícola desde 1597.


Se trata de un blend delicado de Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo y Shiraz.


Este tinto ofrece notas de frutos negros, ciruela, zarzamora y madera.


La armonía entre la comida y esta bebida, que proviene del Valle de Parras, es palpable y crea una experiencia que deleita los sentidos.


En este restaurante el abanico de sabores es tan amplio que abarca desde los sabores regios hasta los más frescos platillos del océano.


Durante 10 años, esta oferta les ha ayudado a consolidarse como un viaje de sabores.


La Buena Barra, el lugar de los clásicos de Polanco.




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